domingo, 29 de noviembre de 2015

HONGOS MEDICINALES: UN MUNDO POR DESCUBRIR


Setas y hongos son dos términos que habitualmente se utilizan indistintamente, pero que, sin embargo, no significan lo mismo. El hongo es un organismo completo, con autonomía independiente, compuesto por unos filamentos, denominados hifas, que forman un conjunto (micelio) que se extiende por el sustrato. En ese organismo, las setas ejercen la función de aparato reproductor del hongo, por lo que sólo son una de las partes que forman la totalidad del hongo. Cuando hablamos de seta nos referimos al fruto del hongo. Si el hongo fuera un árbol, la seta sería su fruto, un fruto que sólo producen los hongos más evolucionados. 


https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/64/Shiitakegrowing.jpg                                           http://www.mushroomexpert.com/images/kuo/hericium_erinaceus_02big.jpg
  

Los hongos están presentes en la tierra desde el origen de los tiempos, y sus descendientes actuales dominan casi todos los medios terrestres y acuáticos. Encontrarlos es complicado, ya que viven debajo de la tierra para protegerse de la deshidratación y sólo aparecen visibles sus frutos, las setas, en el momento de reproducirse, cuando las condiciones son las adecuadas. 

El uso de los hongos ha despertado un gran interés desde los orígenes de la humanidad. A lo largo de la historia han sido ingeridos como alimento, utilizados en ceremonias y ritos religiosos, e incluso como venenos fatales por cuestiones de venganza, envidia o ambiciones políticas o religiosas. El emperador romano Tiberio Claudio, amante de la buena mesa, la Amanita caesarea y las mujeres, murió asesinado por su esposa, la emperatriz Agripina, quien mezcló en la comida del emperador unos ejemplares de la exquisita Amanita caesarea con otros de la mortal Amanita phalloides.